El cuchillo cayó al suelo. El espectro había avanzado, sin alterar el aire a su alrededor, y la había agarrado por la muñeca. Eva, sobresaltada, levantó la vista. Las campanas de la iglesia comenzaron a tocar, escuchó el aleteo de unas palomas que escapaban, y, como un rumor lejano, los propios latidos de su corazón, que golpeaba enloquecido en las sienes.
-Ven -dijo Adrián, con la misma voz con la que entretenía en aquellas noches en las que Paula llegaba tarde-. Ven -insistió, tirándole de la muñeca-. ¿O tienes miedo de los muertos?
Eva se dejó llevar. y entonces, mientras abandonaba la casa guiada por la nada, por una voz y una presencia que sólo ella podía ver, comprendió al fin que no era la venganza, ni el amor no correspondido, ni siquiera el ansia de cariño lo que habían traido de vuelta a Adrián. Tampoco, como creía Paula, vino porque supiera que ella le había amado siempre, desde el primer día del verano en que cortejó a su hermana.
Había acudido a ella porque su viaje se había interrumpido, porque aún entre los huesos en los que se habría convertido habitaba suficiente fuerza como para cumplir una promesa; pero que el orden se había invertido, que no era ya Paula la primera que iniciaría el viaje, sino ella, Eva, la que caminaría junto a Adrián a lo largo de los senderos, apostada entre los árboles, cruzándose con loscampesinos que no los verían. Eva debía ir la primera. Porque luego, entre los dos, prepararían la llegada de Paula como se merecia. Sí, más adelante, enviarían a buscar a Paula.
Paula llegará
ResponderEliminartu crees???
ResponderEliminarpor supuesto
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